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21.12.11

Acto en la Plaza: se quemo el arbolito***





















Terminaron tapados por el humo. Fuerzas de izquierda marcharon ayer para conmemorar el décimo aniversario del estallido social que marcó el final del gobierno de Fernando de la Rúa. Unos se reunieron en el Obelisco y otros frente al Congreso; todos se encontraron en la 9 de Julio para marchar por Avenida de Mayo hasta la Plaza de Mayo. Allí agitaron banderas y pidieron justicia por las 36 víctimas de la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001. Todo iba bien hasta que, en plena desconcentración, incendiaron el árbol de Navidad gigante colocado frente al Cabildo por el Gobierno porteño.

Una humareda negra se expandió por las calles céntricas durante largo rato .

Las cámaras de TV no lograron identificar quiénes iniciaron el fuego que quemó el árbol inaugurado el 8 de diciembre, pero sí el enfrentamiento que minutos después protagonizaron en el lugar militantes del Partido Obrero y una agrupación anarquista. Este último grupo, de no más de 20 jóvenes, se unió a la marcha casi al final blandiendo banderas negras al grito de “muerte al Estado” y “la izquierda y la derecha son la misma mierda” .

Lejos de los incidentes quedaron los referentes políticos y sociales que encabezaron la marcha que arrancó pasadas las 15 en Congreso y culminó casi a las 20. El líder de Proyecto Sur, Fernando “Pino” Solanas; los dirigentes del PO Néstor Pitrola y Jorge Altamira; del PTS, Christian Castillo y del MST, Vilma Ripoll y Patricia Walsh, encabezaron la movilización.

“Estamos recordando un hecho que va a tener gran implicancia en el futuro, el pueblo argentino decidió ejercer su derecho de revocatoria que no está en la Constitución Nacional”, dijo Altamira. Para Solanas, quien no subió al escenario improvisado sobre un camión en mitad de la plaza, el acto de ayer expresó “el repudio a la traición de la dirigencia política que terminó abdicando al poder financiero”.

Con los bombos repicando de fondo y al ritmo del canto “se va a acabar, se va a acabar esta costumbre de matar”, se leyeron las consignas de la convocatoria, que fueron desde un “No al tarifazo y ajuste del gobierno K” hasta el rechazo de la ley antiterrorista , que obtuvo media sanción en Diputados el jueves. “Reivindicamos, también, a los 36 compañeros que en esas jornadas, cuando todo un pueblo salió a las calles, cayeron bajo las balas de la represión policial que ordenó el gobierno de De la Rúa, quien aún permanece impune”, expresaba un fragmento del documento consensuado por todas las agrupaciones.

Militantes de izquierda “independiente” se concentaron en el Obelisco. A un par de cuadras, Quebracho se manifestó con rostros tapados y palos que hicieron sonar contra el asfalto. El grupo prefirió no ir a la Plaza.

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por GUSTABO ROBLES:

Hoy se cumplen 10 años de aquellas gloriosas jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001, cuando el Pueblo, harto del saqueo al que había sido sometido durante los '90, salió a la calle para hacer "tronar el escarmiento". El poder formal encarnado en la figura de un imbécil, le había impuesto el "estado de sitio", SIN TENER EN CUENTA QUE NINGUNA LEY ES MÁS FUERTE QUE LA VOLUNTAD DE UN PUEBLO.

Las instituciones del sistema fueron desbordadas por la gente en la calle; sin embargo, ese estallido popular que hizo temblar los cimientos del poder burgués, no llegó a organizarse y coherentizarse como para destruirlo y remplazarlo. El "que se vayan todos" nunca tuvo el peso necesario para cambiar la historia: debió ser "los vamos a echar a todos", lo cual exigía un grado más alto de organización y consciencia. Justamente, falló el factor subjetivo. Las organizaciones de la clase obrera, algunas porque no fue nunca su objetivo y otras por impericia, no pudieron erigirse en dirección de la bronca del pueblo como para encauzarla en una dirección distinta de la que hoy vivimos.



Así que entonces, después de alrededor de 40 compañeros asesinados por las fuerzas represivas, después de 7 presidentes cambiados en días, después de los asesinatos de Maxi y Darío, llegaron las elecciones y ... el kirchnerismo. Toda la legitimidad que las instituciones burguesas habían perdido, fue reconstruida por este nefasto instrumento. Con un cambio de maquillaje, continuó el saqueo de nuestras riquezas, y aún se profundizó. Dicen que Abraham Lincoln dijo algo así como "Se puede engañar a muchos durante poco tiempo. Se puede engañar a pocos durante mucho tiempo. Lo que no se puede es engañar a todos durante todo el tiempo"

Muy bien, este gobierno tomó el país destruido por las políticas del gobierno menemista del que formó parte (y su continuación aliancista), y con viento de cola por la coyuntura económica del mundo que requería de nuestros granos, recompuso la institucionalidad burguesa, lo que, por la situación social de principio de siglo, sirvió también para una recomposición de la clase trabajadora. Pero ese periodo ya pasó, y lo expresó muy claramente la presidenta en su discurso de asunción y en las políticas adoptadas para el futuro, que pretende transformar en leyes por estos días: la elección explícita de la hora son los privilegios de los ricos y poderosos, y los trabajadores deberán bajar la cabeza y laburar sin chistar, porque si no... ahí tenemos la Ley "Antiterrorista" exigida por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) para criminalizarlos, reprimirlos y procesarlos.

Es paradójico y doloroso pensar que, diez años después, este gobierno que se declama de los "derechos humanos" y que surgió de la rebelión popular que conmocionó al mundo entero, hoy juzgaría como terrorista a todos los que en aquellas jornadas ganamos las calles en defensa de la soberanía popular

Habrá que repensar entonces aquello de "que se vayan todos" y transformarlo en "los vamos a echar a todos" para lograr de una vez por todas un gobierno que REALMENTE se ocupe de las necesidades de las mayorías populares. A la vista de la historia reciente y no tan reciente, deberá ser algo lo más distinto posible al capitalismo que recicla las injusticias... y rumbear para ese horizonte igualitario que algunos llamamos socialismo